Páginas

sábado, 19 de abril de 2008

LA CABEZA TRISTE



Encontré esta cabeza hueca en un rastro que estaba a punto de cerrar para siempre. Buscaba objetos que me inspiraran para "Arbequina", objetos usados y con historia, objetos sin brillo que hablaran por sí solos de otro tiempo en el que estuvieron vivos.

Los ojos huecos y la cara de niño triste me daban un poco de miedo, así que empecé a jugar con ella, a ver si la hacía reir.

La disfracé, le fabriqué un cuerpo, intenté hacerle una réplica en barro, le rellené los ojos...pero nada. Seguía triste.

Un día, se me ocurrió hacerle cosquillas con la mano y , para mi sorpresa, comenzó a reirse a carcajadas. Y desde entonces, se convirtió en un personaje imprescindible de la obra.





Este es mi abuelo.
Espero que poco a poco lo vayais conociendo.

www.youtube.com/pezsinmemoria

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ojalá encuentres más objetos a los que hacerles sonreír y reír a carcajadas, porque no son los únicos que cobran vida cuando lo consigues.

Anónimo dijo...

Que sea lo que sea... pero sobre todo que te haga reir a ti, persona grande, grande. Te beso lleno de admiración.

Desde la huerta haciendo malabares con babuchas amarillas...