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jueves, 24 de abril de 2008

ERIK SATIE Y LA MUERTE

Erik Satie tiene la culpa de gran parte de las imágenes de "Arbequina" . La "Gnossienne nº1" inspiró La muerte, personaje que aunque sólo aparezca al final, de alguna manera está presente durante toda la obra.

La muerte que yo imaginé tenía algo de humana, sin llegar a serlo del todo. La imaginé ciega y muda, guiándose por el olfato.

De su rostro, por lo tanto, exageramos la nariz. Los labios, poco definidos, le darían el puntito de expresión para que fuese una muerte seria, firme,decidida.



El escultor Alfredo Guillamón esculpió la cabeza en barro.






Después hicimos el molde en escayola y, una vez seco, lo rellenamos de resina tintada de blanco y fibra de vidrio.
El resultado fue éste.




Después la vestimos y me enseñó su baile.

Y entonces, bailamos.






sábado, 19 de abril de 2008

LA CABEZA TRISTE



Encontré esta cabeza hueca en un rastro que estaba a punto de cerrar para siempre. Buscaba objetos que me inspiraran para "Arbequina", objetos usados y con historia, objetos sin brillo que hablaran por sí solos de otro tiempo en el que estuvieron vivos.

Los ojos huecos y la cara de niño triste me daban un poco de miedo, así que empecé a jugar con ella, a ver si la hacía reir.

La disfracé, le fabriqué un cuerpo, intenté hacerle una réplica en barro, le rellené los ojos...pero nada. Seguía triste.

Un día, se me ocurrió hacerle cosquillas con la mano y , para mi sorpresa, comenzó a reirse a carcajadas. Y desde entonces, se convirtió en un personaje imprescindible de la obra.





Este es mi abuelo.
Espero que poco a poco lo vayais conociendo.

www.youtube.com/pezsinmemoria